Las diferencias entre los precios entre origen (agricultores y ganaderos, los que sudan la camisa) y entre destino(los consumidores finales,los paganinis,los que deben soltar la mosca) se han mantenido de media, durante el pasado octubre, por encima del 400 por ciento. Los casos “más escandalosos” son el de la cebolla, en donde la diferencia entre el precio que recibe el agricultor y lo que paga el consumidor se eleva hasta el 862 por ciento, la clementina con un 905 por ciento y la zanahoria, cuyo diferencial se sitúa en el 1.000 por cien.
El agricultor o ganadero no participa más de un 30 por ciento de media en el precio final del producto, en la mayoría de los casos.
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