Navegando por la red te encuentras con cosas curiosas y a veces posts que te hacen sentir enormemente orgulloso,este es el caso,....ya que los comentarios son buenos y sobre todo por que hablan de mi familia, de la casa donde nacio mi abuelo materno.
Este es el texto que hay publicado en un blog del cual os pongo el enlace.
"Laspuña es un pueblo precioso; está situado en la Comarca del Sobrarbe, en pleno Valle del Río Cinca y a 720 metros de altitud, circunstancia que da lugar a un clima privilegiado. El pueblo se encuentra al pié de la Peña Montañesa, todo un símbolo que marca un lugar, una comarca. Pensar en el Sobrarbe trae automáticamente a la cabeza las canciones de la "Ronda de Boltaña": "El pais perdido", "Una huella en la nieve", "La condesa del Sobrabe", "La casa caída", "La Tronada", ...
"Casa Sidora" está ubicado en el centro del pueblo y se trata de un lugar con tradición de muchísimos años; el sitio está muy bien cuidado, es limpio y reina un ambiente de confianza y respeto que resultan esenciales para comer bien y a gusto.
Nuestra perspectivas resultaron cumplidas desde el principio. El muestrario de primeros platos exigía ya una elección complicada, pues apetecían todos: Sopa de pasta, Ensalada de queso de cabra, tostadas de escalibada, Menestra de verduras y Caldereta de conejo; todos resultaron excelentes, aunque el plato estrella resultó ser la caldereta, un arroz sencillamente espectacular con un conejo carente de defecto alguno; lo pidieron dos personas pero como la ración era para un regimiento,todos acabamos metiendo la cuchara.
Aunque el listón estaba muy alto, los segundos platos estuvieron a la altura; sepodía elegir entre jabalí guisado,pinchos morunos, carne guisada, costillas de cordero y albóndigas con tomate; otra vez raciones enormes y calidad máxima, aunque entre todos destacó el jabalí, según un auténtico experto en la materia, el mejor que había comido nunca.
Menos mal que nadie me hizo caso, pues -oportuno que es el menda- se me ocurrió cuestionar el jabalí tras una reciente experiencia negativa con unos fetuccini con salsa de dicho animal y afirmé que era un plato difícil de digerir: quien nos atendía desmintió tal aseveración, asegurando que se trataba de un jabalí cazado en la zona, guisado magníficamente y sin un gramo de grasa, al tratarse de un animal que está todo el día corriendo: tuvo toda la razón.
Yo opté, junto con otra persona, por las albóndigas: sacaron para los dos un plato que no llevaba menos de 20 piezas, aunque ya se nos explicó que el record lo tenía un oscense que se zampó 21 él solito .... nos aseguraron que seguía vivo.
Aunque semejante festín suele aconsejar pasar directamente al café, no pudimos resistir la tentación de pedir postre al conocer la especialidad de la casa: los flanes caseros: de café, de chocolate negro y café, de chocolate blanco y, por supuesto, el tradicional de huevo; no nos arrepentimos.
La comida, por lo tanto, resultó excelente, pero no sólo por la brillantez de su contenido, también por la esmerada atención y por el magnífico ambiente que hubo."
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