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3 jun 2009

Bruis

(Texto de Bizén D’O RÍO)

En la llamada Fueva Baja, en el corazón del territorio milenario del Biello Sobrarbe, se encuentra dentro del término de Palo el antiguo Santuario dedicado a Santa María de Bruis, enclave mariano donde concurren de forma tradicional en romería las cruces parroquiales o los lugares de Palo, que actúa como cabecero y abanderado receptor, Tierrantona, Formigales, Troncedo, Charo, Rañín, L’Humo, Murillo de Monclús, Muro, Pallaruelo, Lavilla y Clamosa.El erudito Padre Faci nos habla de dos apariciones de la Virgen, que en realidad se trata de dos advocaciones con las que se reconoce y recibe culto la sagrada imagen en este lugar. No obstante, y según cuenta la tradición, en el siglo XI recibía culto bajo la advocación o nombre de la Virgen del Plano, en una sencilla ermita en la ribera del Cinca, cerca de Palo. Sucedió que en el año de 1320 el sacerdote encargado de la rectoría de Palo, D. Juan Santesteban, encontrándose enfermo invocó a la Virgen, la cual le concedió la recuperación de su salud, pero para su asombro, recibió la aparición de Nuestra Señora que le pidió edificase un nuevo santuario, y en éste, se le diera culto en lo sucesivo bajo la advocación de Bruis, iniciando las obras el 22 de marzo del año 1230 y entronizada la sagrada imagen, comenzó a conceder gracias a cuantos la invocaban.Allí el viajero o visitante siente entrar en una umbría milagrosa que le invade mientras lo atrae hacia el templo, donde una imagen de madera, románica, de tres palmos y medio, con el color moreno de su rostro que resulta apacible y majestuoso, espera al que con fe se postra a sus pies.A la Virgen de Bruis acuden desde el siglo XIV todas las gentes de la Fueva, del Biello Sobrarbe, incluso del resto de Aragón, pues son numerosos los favores concedidos que se reconocen y corren de boca en boca. Pero existe un gran motivo de atracción, el que nunca ha desamparado a las personas que le han solicitado favor en “situaciones de crisis”, tanto fueran familiares, como personales. En este sentido, puede cruzarse el viajero con personas que en cumplimiento de promesas de acción de gracias, se dirigen por el camino hacia el templo, caminando de rodillas o descalzos.

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