Nuestra tienda - A nuestra botiga

21 may 2017

El XXXIII ha sido un buen descenso

Ayer sábado se acabaron de construir las nabatas y se dejaron preparadas para el descenso del domingo. Mientras un grupo de nabateros inspeccionaba el recorrido del río, otros miembros de la asociación rindieron un sentido homenaje en el monolito de Puyarruego a todos los nabateros que realizaron este duro trabajo para conseguir un futuro mejor a sus familias.
Por la noche se realizó una cena de hermandad a la que acudieron socios, vecinos y miembros de las otras asociaciones nabateras aragonesas.

Este domingo en su  33 edición las nabatas han descendido por el río Cinca, entre las localidades de Laspuña y Aínsa, una tradición que recuerda el antiguo oficio del transporte fluvial de la madera desde el Sobrarbe hasta la desembocadura del Ebro.

Los nabateros han superado con éxito todas las dificultades que se han originado en la salida. A primeras horas de la mañana al iniciar la jornada los nabateros comprobaban que habían desaparecido dos remos en una de las nabatas, que han sido repuestos con rapidez. Tras este pequeño contratiempo el descenso se ha  desarrollado con normalidad y en menos de dos horas las dos nabatas han llegado a su destino en Ainsa.

Los nabateros de oficio ante los problemas siempre buscaban soluciones rápidas puesto que el objetivo era realizar el descenso a pesar de las dificultades y este es el espíritu que pervive en la Asociación de Nabateros del Sobrarbe. 

El día se ha iniciado con una ofrenda floral a colocación en el monumento nabatero de Laspuña y  una misa  en el río celebrada  por el obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez  . Tras  el almuerzo popular   y con gran multitud de publico en la placha y puente de Laspuña se ha realizado  descenso de las nabatas que ha llegado a la edición número 33.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se respetuoso con tus comentarios.
No se publicarán si el autor no está debidamente identificado.
Gracias