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3 dic 2007

A Guerra Gabacha 3ª parte

En los albores de 1810, en Aragón las partidas están momentáneamente sometidas y la presencia del ejército francés y el inicio de una administración regular mejora la situación social y política por lo que los aragoneses retornan poco a poco a sus puestos de trabajo y parecen ir admitiendo la sumisión al poder francés. Aragón es una de las más pacificada y segura de la provincias ocupadas por los franceses,aunque algunas pequeñas partidas aisladas se refugian y actúan en los altos valles altoaragoneses, como en Sobrarbe la de Sarasa, contra la que sale a fines de abril desde Jaca una columna francesa, y la de Domper a la que un destacamento napoleónico salido de Aínsa intenta sorprender en la sierra de Naval, persiguiéndole por los pueblos de Olson, Sarsa de Surta y Eripol.
Domper logra escapar, pero los franceses en represalia incendian el barrio alto de este último pueblo, salvándose el bajo por haberles hecho creer un vecino que se trataba de un pueblo distinto, dado que se hallaban separados por algunos campos.
Por estos días los franceses intentan atraer hacia su bando a los oficiales de las partidas, logrando que algunos se presenten en Aínsa, aunque entre ellos no está Domper, que finalmente es apresado en la ermita de la virgen de la Viña en la sierra de Sevil y fusilado en el acto. Sin embargo, otros si se someten al poder francés,como el alcalde de Aínsa, José Bielsa, quien el 8 de junio de 1810 envía una carta a la Gaceta de Zaragoza agradeciendo públicamente al gobernador francés de Jaca, el haberles liberado de las partidas.
El 20 de junio el jefe de partida Joaquín Villacampa se dirige a la Junta de Aragón comunicándole que en Sobrarbe tiene reunidos ochocientos hombres y promete reunir hasta mil doscientos a los que armará con prontitud, solicitando por ello que le hagan comandante de ese futuro batallón. La Junta le responde advirtiéndole que si consigue reunir los mil doscientos hombres armados, le hará comandante del batallón. Pese a su entusiasmo y por diferentes razones,no podrá conseguirlo.
El día 31 de marzo de 1811, el mariscal Suchet, gobernador de Aragón emite un decreto para la creación de guardias cívicas en algunas localidades aragonesas,entre ellas la de Boltaña, con los vecinos más honrados y más esforzados que haya, aunque no hay constancia de que se llegara a formar este cuerpo.

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