2 ago 2010
A las ocho
El reloj del plano Morillo marcaba el paso del tiempo y a las ocho de la tarde de se abrieron las puertas de una nueva época, de una nueva Alter@Nativa
Como si fuera una procesión, una ofrenda a los dioses paganos la gente encamino sus pasos hacia el nuevo oráculo de Baco y el templo no podía dar cabida a tantos fieles.
Pero los sacerdotes y sacerdotisas del templo doblaron sus esfuerzos y todos los asistentes mortales pudieron saborear las ofrendas que se presentaron a las deidades.
Satisfechos por el ágape y tras la llamada de Morfeo regresaron los mortales a sus moradas terrenales. Los últimos fieles escucharon cinco campanadas cinco en el reloj del lugar y se retiraron a toriles.
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