Durante la Edad Media existieron en Sobrarbe diversas comunidades judías, entre las que destaca la aljama de Monclús, una de las más importantes de la Corona de Aragón. También existieron otras, de menor tamaño, en las villas de Aínsa y de Bielsa.
Los judíos fueron parte activa de la vida económica y cultural de
aquella sociedad, ostentando, en ocasiones, puestos de gran relevancia.
La tragedia de los asesinatos y conversiones forzosas protagonizadas por los pastorelli franceses en 1320 en Monclús, supuso un antes y un después, y precipitó la desaparición de dicha aljama en 1357 (aunque varias familias judías mantuvieron su residencia allí durante algún tiempo).
La comunidad de Aínsa sufrió las persecuciones de 1391 y desapareció en 1415 por el efecto combinado de la disputa-adoctrinamiento de Tortosa y las predicaciones de fray Vicente Ferrer.
Los judíos que partieron se incorporaron a comunidades más potentes como las de Monzón, Barbastro o Fraga.
Las actuaciones de la Inquisición contra los judeoconversos en el Valle de Chistau y en Aínsa, representaron el prólogo a la fatídica expulsión, en 1492, de los pocos judíos que aún permanecían en Sobrarbe, de los cuales aparecen posibles descendientes en los Balcanes, Francia, Turquía, etc.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) más de 8.000 judíos formaron parte de los 30.000 voluntarios extranjeros que vinieron a luchar en defensa de la República. Años después, el Puerto Viejo de Bielsa sirvió de paso para los refugiados judíos que huían de la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.
El trágico reencuentro entre sobrarbeses y judíos sefardíes con antepasados de Sobrarbe se produjo, seguramente sin esperarlo, en los campos de exterminio nazis.
La tragedia de los asesinatos y conversiones forzosas protagonizadas por los pastorelli franceses en 1320 en Monclús, supuso un antes y un después, y precipitó la desaparición de dicha aljama en 1357 (aunque varias familias judías mantuvieron su residencia allí durante algún tiempo).
La comunidad de Aínsa sufrió las persecuciones de 1391 y desapareció en 1415 por el efecto combinado de la disputa-adoctrinamiento de Tortosa y las predicaciones de fray Vicente Ferrer.
Los judíos que partieron se incorporaron a comunidades más potentes como las de Monzón, Barbastro o Fraga.
Las actuaciones de la Inquisición contra los judeoconversos en el Valle de Chistau y en Aínsa, representaron el prólogo a la fatídica expulsión, en 1492, de los pocos judíos que aún permanecían en Sobrarbe, de los cuales aparecen posibles descendientes en los Balcanes, Francia, Turquía, etc.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) más de 8.000 judíos formaron parte de los 30.000 voluntarios extranjeros que vinieron a luchar en defensa de la República. Años después, el Puerto Viejo de Bielsa sirvió de paso para los refugiados judíos que huían de la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.
El trágico reencuentro entre sobrarbeses y judíos sefardíes con antepasados de Sobrarbe se produjo, seguramente sin esperarlo, en los campos de exterminio nazis.
(Texto integro de Turismosobrarbe.com)
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